No rechaces al prójimo
o creerás haber sido rechazado por Dios.
Si abandonas a alguien proyectarás eso
y creerás haber sido abandonado
en un mundo frío y hostil.
Tu trato a los demás refleja
cómo te consideras a ti mismo.
Ama, y serás amado.
El Amor que ya brilla en ti
se revelará en su eterno resplandor
y reconocerás cuán profundamente eres amado.
Nunca has sido otra cosa que Amor,
y el Amor es inmutable
y siempre goza de paz.