La manera en que percibes a los demás
te dice cómo te ves secretamente a ti mismo.
Y la manera en que te ves a ti mismo
no podrás sino proyectarla sobre otros
produciendo un mundo acorde con ello.
Elige percibir a los demás con benignidad
mirándolos siempre desde la inocencia
para que puedas reconocer que tu hermano
es completamente inocente al igual que tú.
Esta actitud de aceptación viene del amor
y embelesa tanto nuestro corazón que resplandece
y como una llamarada de amor dulcificador
hace que se derrita el mundo con todos sus problemas.